"Blog: (en esp. también bitácora), es un sitio Web periódicamente actualizado que recopila cronológicamente textos o artículos..." bla bla bla.
Mirá, Mirá como te blogueo gil, cada 3 meses te blogueo, gil.
Perdón peluzones del alma, es que me indigna, estas cosas me recuerdan al día que Don Diego Maradona, allá por 1972, mientras sus pequeños hijos Diego y Lalo jugaban a pelota, me miró y me dijo: "pELuZoN, esta gente me saca de las casillas". Cuanta razón tenía.
Ésta vuelta de pELuZoN oF PuPo es silenciosa y esquiva, nada tiene que ver con la vuelta de Perón, ni con la de Maradona, tampoco con la de Pablito Ruiz. En esta vuelta me llama el deber, es que hace algo más de un mes, le saqué fiada una prestobarba a un kiosquero de Polvorines, y como no pagué, me propuso que lo haga con un post, y acá estoy, pagando deudas.
No sabía que tema tocar, teniendo en cuenta que mi último post se publicó el 29 de marzo, y como naides resigna si
la coca o la peksi, encontraba el tiempo un tanto detenido y, a lo trascendente un ausente con aviso, que merodea borracho abrazado a una puta, sin quitarse el sombrero por complejo de calvo (fua! acabo de hacer un hit para Joaquín Sabina). Hasta que ayer, milagrosamente, me topé con la triste historia de Antonio "Tirabuzón" Robles, un adolescente suicida que tiene un sueño, él quiere ser "emo", pero tiene rulos.
Tony Robles era un chico común, y como todos los chicos, cuando hacía frío, se dejaba el pijama abajo del uniforme, y cuando hacía calor, pensaba en la profe de educación física y se clavaba una buena paja.
Un domingo, convencido del absurdo que supone la vida, "Tirabuzón" decidió tirarse en el sillón y mirar "Impacto Chiche". "Que cruel" pensará usted, amigo de pELuZoN oF PuPo, pero se equivoca: un informe sobre nuevas tendencias adolescentes, despertó en "Tirabuzón" nuevas ganas de volver a vivir.
El informe le enseñaba acabadamente a nuestro amigo "Tirabuzón" qué era un "emo": cuales eran sus edades, cómo se vestían, que música escuchaban, y eso básicamente. Suficiente para que Tony Robles haga todo lo que un "emo" debe hacer para entrar en "la onda" y jactarse de tal: fue a la
Bond Street, y eso básicamente.
Para Tony fue entrar al paraíso: compró adornos para que su habitación sea bien "emo", y se compró ropa cool, y un bolso cool, gafas cool y un atado de Kool mentolados.
Pero "Tirabuzón" necesitaba una pertenencia, un grupo de iguales con los que maldecir por los tormentos a los que este mundo nos enfrenta, y también para compartir una hamburguesa en Mc Donalds. Así fue que empezó a parar en la Plaza Rodríguez Peña para juntarse con los suyos: intercambiar discos, recomendar flogs, y posiblemente, por qué no, conseguir una novia "emo" y dejar de pensar en la profe de Educación Física.
Pero para Tony Robles nada fue fácil; desde sus primeros acercamientos a la tribu, notó que no reconocían en él los rasgos de un auténtico "emo": cuando pedía un mail le daban uno de Yahoo, alegando que no usaban el MSN. Las chicas al mirarlo reían por lo bajo, y en el colectivo lo obligaban a ceder el asiento a otros "emos".
"Tirabuzón" es una víctima de la discriminación, pero no se resigna. Así como Eminem soportó el rechazo del mundo rapero, hasta conquistar con talento esos negros corazones, Tirabuzón está haciendo una rifa para comprarse una planchita para el pelo, sortea con la lotería del domingo 6 de julio y, el primer premio, es una planchita para el pelo. Sí, "Tirabuzón" además de tener rulos, es medio pelotudo.
"Emos eran los de antes". Por Silvio Soldán.
Yo siempre le cuento a los pibes de la época en que los "emos" nos sacábamos autofotos con la analógica, y después de revelarlas, armábamos un álbum para que otros "emos" vengan a casa y lo miren. Me acuerdo que pegábamos la foto en una hoja canson Nº3 y abajo, con máquina de escribir, tipeábamos alguna letra del Paz Martínez o José Feliciano.
En esa época ya se empezaba a usar mucho la letra "K" para escribir, sobre todo si escribías palabras como "kilo", "kiosco", "kiwi" o "hermanos Korol". Lo que no se usaba todavía eran los peinados de ahora, si no que los "emos" nos peinábamos para adentro, y los que tenían rulos podían ser “emos” tranquilamente.
Tampoco en esa época los “emos” usábamos pins divertidos, si no que curtíamos pitucones.
En tele veíamos a Pipo Mancera, que era dark pero tenía buena onda, y como no existía el chat, con los "emos" de mi barrio instalamos un tendido de hilos que atravesaban las medianeras, y cada uno hablaba desde un vasito de plástico.