sE maTó El gOmErA

Llegué a Polvorines hoy a las cinco de la tarde y me fui a saludar al Gomera por su cumple. Desde ayer sin dormir, duro de Paco, estaba apoyado contra la pared, mordía un termómetro para frenar el mandibuléo involuntario. La Zulema iba y venía, pasó con una palangana llena de ropa recién lavada y lo retó: "¡sacate eso de la boca, Ernesto!". El Gomera refunfuñó y lo siguió mordiendo. "Sacateló, huevón - le dije para que la Zulema no rezongue - no sabes que el termómetro tiene mercurio, y eso es tóxico". "¡Ma´, que mercurio! - intervino nuevamente la Zulema - ese termómetro lo usó el veterinario para atender al perro, se lo metió en el culo y este se lo mete en la boca".
Nos fuimos a dar una vuelta. "Necesito bajar - insistía El Gomera - no tengo más Paco. Necesito bajar". Caminamos unos 20 minutos, y el discurso del Gomera se puso más heavy: "Necesito plata Peluza, necesito un pipazo, algo tóxico. Ya no me aguanto, Peluzón, ayudame, necesito algo tóxico".
Lo lleve a la casa para hacerle compañía hasta que se le pase la rosca: "Es la cabeza Ernesto, bajá boludo, dejá de pensar y fue, es la cabeza". Se acostó en la cama, con "los ojos ciegos bien abiertos", le dije que iba a buscar al Bolsa y venía. No me contestó.
A las 18:45 encontramos al Loco Gomera tirado en la cama, con medio termómetro en el piso, y el Bolsa empezó a llorar.
pELuZoN quedó rengo. Hoy pELuZoN no está para monerías.
11 de junio de 2006, en el día de su cumpleaños, murió El Gomera.
Ernesto Ariel Chacoma, "El Loco Gomera", no fue un héroe ni un destacado. El Gomera simplemente fue un exponente del conurbano, arquetipo del que no pierde la gracia en el barrio olvidado (o del recuerdo colchonero en época de elecciones). Un muchacho con su mochila de penurias, pero que ahí andaba, laburando de lo que podía y hasta los tuétanos de drogas con rosca; se encontró sogueando alguna vez para saciarse de porquería, y lo sabía así, más bien lo sufría de esa forma; no quería más Paco y menos le hacía falta un desenlace morboso a la historia en boca de una vieja puta. El Gomera ya estaba en la tumba, lo sintió en los tres pesos que le robó de la alcancía al Chatarra, su hermanito, para un pipazo más; y otro pipazo fue la plancha de la Zulema, que todavía paga víctima de esos créditos asfixiante para pobres, y otro pipazo fue el I-Pod de su amigo el Bolsa, y cuanto más se quemaba la lata, cuanto más inflaba el pecho de perfume, más se daba cuenta que ya no llegaba a cubrir esos virtuales bonos de promesas a la virgen, de devolver y volver. Siempre hace falta un pipazo más.
Y que importa ahora si la historia de la vieja que criminaliza el desamparo y barre excusas en la vereda, le encontraba un final al Gomera a manos del un gatillo o de un exceso.
pELuZoN quedó rengo. Hoy pELuZoN no está para monerías.
El Paco mata rápido y desde el principio, es una droga inventada, es la borra, y todo tiene su lógica: que se mate al pobre con perfume, que se encane al vago por fumón, que labure el gil a cocaína. "No te sorprenda que nunca falte la frula. La merca - decía el Gomera - es para laburar como un pancho, te despierta, te pone pillo; el fasito no, por eso hay sequía de porro; el fasito te deja bobo, loco, te pone vago y profundo. ¿A quien le importa si falta o no falta faso?".

Mi Gomerita, que éstas lágrimas te mojen los labios, que estés bien hermano. Una vez me dedicaste este tema, y yo te dije que eras un maraca. Hoy y por siempre tuyo, mi amigo, cada vez que lo escucho, puedo entender la esencia de tu corazón. Saber que eras bueno y loco, que Polvorines te encontró de monigote, y le diste la risa al barrio porque el barrio te dio esa esencia.

A mi amigo El Gomera, con quien tanto quise.

Gracias Zoila Nati por el aguante.